domingo, 18 de diciembre de 2011

Séptimo tramo

Parking en Grandcamp-Maisy


Al día siguiente, dejamos el aparcamiento situado junto a la abarrotada, como casi siempre, zona destinada a las autocaravanas, tras pasar la noche con un par más de vehículos semejantes al nuestro, que lo habían hecho en las mismas condiciones.  






Sainte-Mére-Èglise



Nos dirigimos entonces a Sainte-Mère-Èglise, donde hay colgando un famoso paracaídas de un campanario. No nos costó demasiado llegar, pero si, como es habitual, aparcar. No sabemos como lo hacíamos, pero siempre aparecíamos en las poblaciones que visitábamos en el día que había mercado.



La cúpula de la nave es la imitación de un paracaídas



En esta última hay un interesante museo dedicado a las tropas aereotransportadas, con diversos vehículos. Dentro de los edificios se puede ver un transporte Douglar C-47 Skytrain y una maqueta a escala real de un planeador Waco. 







 
Nubes amenazantes  sobre Sainte-Mère-Èglise




Decidimos después cambiar de escenario y de temática, arriesgándonos a un quizás demasiado largo recorrido para una sola jornada.






El espectacular Monte Saint-Michel



 Y tras comer durante  el recorrido, reponiendo  combustible y demás niveles de la autocaravana, llegamos por fin al mítico y deseado por las masas de turísticas, entre ellos nosotros, Monte Saint-Michel.






Parking de Saint-Michel



A pesar de que con nuestro raquítico francés le explicamos a la mujer que nos cobraba que no íbamos a trasnochar en el saturado parking, no nos sirvió para y nada y pagamos como si lo fuéramos a hacer.




El cielo plumbeo de Bretaña en agosto





La lluvia y la gran asistencia de público hicieron que tras la visita de la hermosa abadía, decidiéramos continuar con la ruta.










Por fin llegamos a donde nos habíamos propuesto pasar la noche, en las proximidades de Tours. Encontramos una zona para autocaravanas en Vouvray, cerca de un camping. No habían plazas libres y aparcamos junto a esta, como otros visitantes. Aquella noche visitamos aquella población. Habíamos recorrido 420 kilómetros el 25 de agosto.



sábado, 26 de noviembre de 2011

Sexto tramo


Siendo ya el 24 de Agosto del 2011, decidimos ascender más aún en el mapa y llegamos hasta Fecamp. Esta población era más grande que Étretat y su paisaje tan espectacular como el de esta. Llegamos hasta su paseo marítimo tras repostar combustible en una gasolinera situada en el centro de la ciudad. Tras preguntarle al señor que nos atendió, donde estaba la playa, el nos respondió sorprendido "C'est tout".



 
Paseo marítimo de Fecamp






 Tras un breve paseo, subimos de nuevo a la autocaravana y decidimos volver hacía las playas del desembarco.












En esa trayectoria hacia Bayeux, durante una de las paradas en una zona de recreo, nos sorprendió una señora, que nos preguntó sobre la zona de las playas. Se alegró al ver que éramos españoles, pues nos aseguró que vivía en Méjico. Lo curioso es que solo hablaba ingles. Tras prestarle nuestro plano de carreteras y tomar un tentempié, continuamos.


Tanque americano en el museo de Bayeux




Sobre las seis de la tarde, llegamos a Bayeux y buscamos, ayudados por el GPS, el museo de esta ciudad, dedicado a la Segunda Guerra Mundial. Esta población tiene numerosas cosas dignas de ser visitadas, pero debido a la edad de los chicos, nuestro interés estaba centrado en este. 





 
Un Panzer alemán







Después nos dirigimos a Longues sur Mer, para visitar sus baterías. Hay cerca de estas un parking y a unos centenares de metros, junto a la costa, una zona donde se puede aparcar la autocaravana  sin problemas. 










Aparcando cerca de las baterías de Longues sur Mer




Se puede apreciar, en ese bonito paisaje, que no muy lejos está Arromanches. Se distinguen los restos del muelle artificial.














Tras un pequeño paseo, llegamos a las baterías. Resultó ser un soleado día y eso ayudó a que estas  fuesen muy visitadas.








 
Interior de una de las baterías. Se aprecian los resultados del ataque que sufrieron







Aquel verde paisaje, invitaba a pasear entre los restos.












 
Bunker ¿para puntar con  los cañones?









Proseguimos con la autocaravana, llegando después a  Vierville sur Mer, donde está la playa Omaha. 
















Situado junto a esta, se haya  uno de los cementerios mas grandes. Inquietante y sobrecojedoramente triste.















Más hacia el oeste, encontramos la Punta de Hoc. Aquí están los restos de otras baterías alemanas. Estas fueron bombardeadas y se ha dejado el paisaje tal como quedó.  














Allí, los Rangers americanos escalaron por aquellos preciosos arrecifes, comprobando después que unos palos de madera simulaban ser armas.








 
La Punta de Hoc




Además de numerosos turistas, pudimos observar como un lugareño se dedicaba a la pesca.












Al finalizar la jornada, nos detuvimos en una zona gratuita para autocaravanas, situada en Grandcamp-Maisy. Allí decidimos pasar la noche. Habíamos recorrido 210 Kilómetros.

Introducción

Como nos suele suceder todos los veranos, se nos pasó el tiempo. Era casi el momento de irnos de vacaciones y no teníamos nada decidido.
El año anterior estuvimos en un hotel en Tenerife y nos apetecía algo distinto. Pensamos en un crucero, pero al ser ya tarde para eso, nos pareció caro, más aun de lo habitual para ese tipo de viajes, que ya de por si lo son.
Se nos ocurrió entonces alquilar una autocaravana. Lo miramos por Internet y vimos, sorprendidos, que aun se podía hacer.
Teníamos la duda entonces de ir a Venecia, a donde los chicos le hacía mucha ilusión, pasando por la Costa Azul, o ir a Normandía, donde las playas del desembarco también les hacía tilín.
Optamos por lo último. Pensamos que Venecia y las playas francesas estarían a tope de gente en agosto.
Lo hicimos. Debimos pasar a retirarla el día 19 de agosto a las cuatro de la tarde y devolverla el 29, antes de las diez de la mañana. Fue una McLouis Lagan 211 de cuatro a seis plazas, lo primero preferentemente. Pedimos que nos entregasen con ella un adaptador para las tomas de corriente francesas (nunca lo usamos), un par de libros con información de donde podíamos pasar las noches y un GPS que nos vino de maravilla.
El precio fue 1800 Euros, más 71 en los complementos con un descuento de 180 Euros. Total 1691 Euros.
Debimos entregar una fianza de 600 Euros, que posteriormente nos fue devuelto.
Y así empezó la aventura.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Quinto tramo


Bunker en la playa "Juno"


 Tras una nueva noche de tormenta, amenizada a veces con gritos de gaviotas, desayunamos el martes 23  de agosto. Descargamos las aguas grises y negras en una instalación preparada para ello en el la zona  de autocaravanas y llenamos el
depósito de agua.

 
Tanque en la playa de Courseulles sur Mer






Fuimos después a visitar la zona este de la playa, donde hay búnkeres y otros restos situados entre las dunas, Destacaba un tanque, que suponemos que es ingles.






Cañones en la entrada del museo de Courseulles sur Mer



Se puede aparcar en la playa sin demasiados problemas, cerca del museo de la población.
Unos jóvenes canadienses trabajaban en él, pues fueron de esta nacionalidad los soldados que desembarcaron en esta playa, denominada Juno.






Bunker cerca del museo



Reanudamos la marcha, dejando Coursuelles sur Mer, deteniéndonos poco después en Bernieres, donde había numerosos comercios. Compramos alimentos en un supermercado ahí situado y proseguimos recorriendo la costa en dirección oeste en la D-515.



Tanque junto a la carretera D-515





Vimos numerosos restos del desembarco, desestimando algunos museos interesantes, como el del radar situado cerca de Douvres la Deliverance.




Cementerio británico




Entramos en el cementerio británico de Hermanville sur Mer, un lugar donde la edad de la mayoría de los soldados allí enterrados no hacía más que  aumentar la tristeza que sentíamos al visitarlo.




El "Gran Bunker"





Más tarde llegamos a Ouistreham. Esta es una población turística con varios museos. Tras estacionar la autocaravana y comer en un aparcamiento, donde dudamos si podíamos hacerlo sin ser multados, decidimos que museo visitar, optando por uno llamado el Gran Bunker. Este formaba parte del Muro Atlántico, la supuesta infranqueable defensa alemana. Entramos en aquella fortificación de cinco plantas con muchas curiosidades y algunos vehículos militares y cañones.





V1 alemana


En el patio del museo




 Junto a estos había una lancha que se utilizó en la película Buscar al soldado Ryan y una V1 alemana

 
Bunker en Monte Canisy


Mas tarde, fuimos a visitar el Monte Canisy, en Bernerville sur Mer, buscando más búnkeres, pero tras aparcar no muy cómodamente resultó a los niños un tanto decepcionante
Quizás deberíamos haber insistido en recorrer más el monte, pero empezó a llenarse de mosquitos y algunos jóvenes de la población parecían que iban a organizar un pequeño botellón
Paseantes en el Monte Canisy
Abandonamos esa zona y tras dejarnos engatusar por el GPS que nos introdujo en retorcidas y estrechas veredas, conseguimos salir a una carretera aceptable que nos llevó hasta la autopista A-13.
Con esta circulamos por el impresionante puente de Normandía, que cruza el Sena. Parecía tan empinado que nos daba la sensación de que no podríamos subirlo con nuestra autocaravana alquilada.


Étretat


Confiando a veces en el GPS y otras desestimando sus en ocasiones  alocadas sugerencias, llegamos por fin a Étratet

Playa de Étretat con algún descerebrado bañista
Es una hermosa población con una playa cercada por espectaculares arrecifes. Encontramos sitio en la zona de autocaravanas, después de introducir monedas en un curioso sistema que impedía entrar en el parking sin pagar previamente y nos dimos el habitual paseo por el pueblo.

Vista del paseo maritimo
Una de las plazas de Étretat
 
Cartel informando sobre las mareas




Gaviota por las calles de Étretat cual vulgar gorrión

Nos encantó el paisaje y tras tomar algo en uno de los numerosos locales de la población, con simpáticos camareros, nos llamó la atención los carteles que pedían que no se diese de comer a las gaviotas.

Una casa "peluda"


Pasamos la noche allí. Habíamos recorrido 130 Kilómetros.

 

martes, 15 de noviembre de 2011

Cuarto tramo

Ya el lunes 23, tras desayunar en el parking de Futuroscope, dimos un par de  angustiosas vueltas en búsqueda de una estación de gasolina. Nuestro conductor había apurado el combustible para llegar a Poitiers lo antes posible, con la peregrina idea de que debía haber una allí mismo. Ante los nulos resultados, enfilamos hacia la autopista  A-10. Preguntamos a una empleada de esta carretera y felizmente nos informó de que a cuatro kilómetros de allí podríamos repostar combustible. Comimos durante ese desplazamiento, comprobando que el paisaje había cambiado considerablemente. El eterno bosque se había mudado en verdes prados con perezosas vacas en un bonito paisaje rural.



Última llamada a los pasajeros






Tuvimos que hacer las paradas obligatorias. Los chicos no aguantaban muy bien los largos recorridos en la autocaravana.
Por suerte, estaba provista de de televisión y DVD y vieron varias películas, preparadas de antemano por los adultos.











Vista de Arromanches

Por fin, tras circunvalar Caen, llegamos a Arromanches les Bains, recorriendo ciertas carreteras rurales por las cuales es no es fácil conducir autocaravanas. Esta población esta situada en la playa Gold, codificada así por los aliados en el desembarco del 6 de Junio de 1944. Construyeron aquí un muelle artificial, que unos días después fue destruido por un gran temporal. De este solo queda unos bloques de hormigón en la arena.


Aparcada temporalmente


Como era de esperar, la zona reservada para estacionar autocaravanas estaba saturada. Dimos un par de vueltas por el pueblo con la nuestra, infructuosamente. Subimos a un alto situado a la derecha del pueblo, donde la dejamos un rato junto a un prado, donde había unos caballos que se mostraron muy simpáticos con los chicos.







Desde allí descendimos  andando, buscando donde aparcar con tranquilidad.
Donde la habíamos estacionado primeramente, estaba prohibido y solo se podía hacer junto al "Cine Circular", pagando bastante.









Conseguimos estacionarla en un sitio aceptable y fuimos a visitar el pueblo.











En la playa vimos los restos del puerto artificial. Asombrosamente para mediterráneos como nosotros, había gente bañándose.









Es un pueblo bonito, volcado en el negocio del turismo. Como parece que suele ocurrir por allí con frecuencia, empezó a llover.











Entramos en el museo de esta población. Tenía numerosas maquetas sobre el muelle y material militar.








Al salir de este, vimos llegar un tren turístico. Nos enteramos que era gratuito, pero que no estaba destinado a dar una vuelta por el pueblo. Su misión era subir posibles clientes al Cine Circular. Montamos en él, sin intención de entrar en esa sala.










Obtuvimos así unas hermosas vistas.













Bajo la débil lluvia, los chicos se emocionaron al ver el primer tanque.
Tras visitar el pueblo, regresamos a la autocaravana para buscar donde pasar la noche.






Tomamos una pequeña carretera que recorría la costa en dirección al oeste. Después de cruzar pequeños pueblos, llegamos a Courselles sur Mer.  Encontramos una plaza en un parking de autocaravanas. Este pertenecía a un camping. Fuimos a pagar lo estipulado, pero una señorita no muy simpática nos dijo que lo hiciésemos al día siguiente.






Dimos una pequeña vuelta por el paseo marítimo de aquel pueblecito. Como era de esperar, nos sorprendió el efecto de las mareas.







Al regresar al vehículo, junto al parking  vimos un puesto de pizzas. Compramos varias para cenar.
Eso les encantó a los niños.
Pasamos allí nuestra primera noche en Normandía.
Habíamos recorrido en esa jornada 409 Kilómetros.